dimecres, 21 de novembre del 2018

Prólogo

Había una vez... Una niña que salió de Ecuador sin saber donde iba... Otro niño salió de la costa mediterránea sabiendo donde iba... Se conocieron practicando un hobby con pelotas, red y doce o catorce personas, ya no me acuerdo... Ellos, simplemente querían invadir y no invadir, como si la vida les fuera en ello... No sabían chocar las manos y tal vez era lo de menos... No duraron ni dos noches sin dormir abrazados, aunque ataduras hubiera de por medio... Rompieron todas las cadenas anteriores, solo quedándoles su amor por ellos mismos... No se cuando aprendieron a amar, pero eso en las clases obligatorias no entraba... Aprendieron que el amar no es siempre recibir, ni siempre dar, que hay un tira y afloja donde se debe confiar y nunca olvidar... Se construyeron el uno al otro como si el jenga fuera... Se prometieron nunca mentir y hasta día de hoy solo se esconden a la hora de dormir, pero uno debajo del otro... La capital se les estaba quedando pequeña y el país más pequeño aún... Sin necesidad de pensar en el pasado, construyeron un puente que les llevó a su nueva vida, con una hija peluda y araña... No recuerdo el día que despertaron sin verse y no lo quieren, despertarse juntos es su principal necesidad... Sin mucho ocio ya les aburre la ciudad más activa del país, las series en un día y las palomitas a destiempo les importan más... Sudan por estar juntos, pero siempre lo consiguen... No llego a concebir uno sin el otro, incluso viéndolo desde fuera, son uno y a la vez dos... Conocieron más mundo en dos años que en su vida y sobretodo disfrutaron... Saben que la vida son dos días, y el día y medio que les queda es para crecer juntos... Decidí escribir esto a base de puntos suspensivos, porque su vida necesita de un previo respiro para ser contado... Tal vez al leerlo no sepáis quienes son, pero tan solo tendrás que buscar a aquellos que no se despegan... Con todo esto, uno de los protagonistas me pidió que los describiera y aquí estoy, un veintiuno de noviembre, con vino y queso, describiendo a la pareja más humana de la tierra, para felicitar el aniversario de una de ellas...


Notas del protagonista: Te amo, t'ailoviu més que l'ostia amor meu!! Mai t'oblides de pensar amb tu mateix...

B.W.

dilluns, 5 de novembre del 2018

dissabte, 27 d’octubre del 2018

Seriós

Ara entenc als meus pares quan em deien: 'Quan et fas major els dies passen com a xurros!'. La veritat es que no els creia, per a res!! Cada dia tenia un pla diferent, amb un grup d’amics distint. Podia aprendre més de dues paraules en una vesprada, i no parar d’utilitzar-les per expressar-me durant una setmana. Trepitjava casa per a dormir i per a menjar. Passàvem hores als horst de vells rondinaires i la preocupació més gran era arribar a casa amb la roba sencera...

Ara, als casi vint-i-cinc anys, casa es un amagatall perfecte per a relaxar-se després de nou hores a una oficina, amb tan sols dues finestres que sols  permeten veure altra oficina. On la conversació més interesant es ‘Com ha anat el cap de setmana?’ Pregunta que no es fa entre setmana, perquè tots sabem que al eixir a les sis de la vesprada, solament dona temps per descansar i preparar-se per al dia següent, cinc xurros a la setmana. El cap de setmana l’aprofites per fer tot el que voldries fer entre setmana o bàsicament et quedes veient capítols de les mil-i-una sèries que tens endarrerides o escrius açò al bloc més deixat de la història...

Somnie que algun dia, a aquells països tan avançats, amb jornades de sis hores i amb tan sols quatre dies laborals, puga tindre una vida més pareguda a fa uns anys. Sense fastig, amb temps lliure i sense necessitat d’escriure aquets vòmits de cap de setmana... Au-siau!

dilluns, 21 de maig del 2018

Me meé

Esa noche me levanté sobre las cinco de la mañana para ir a mear, con los ojos legañosos y sin querer encender ninguna luz. Intenté abrir la puerta de la habitación, pero notaba como alguien la sujetaba desde el otro lado. En ese momento se me aceleró el corazón y se me pusieron los ojos como platos. Me metí en la cama, intentando no hacer ruido, y ya no dormí más.

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Micro-relat per al V Concurso de microrrelatos de terror "Microterrores"

diumenge, 18 de febrer del 2018

Érase un renacimiento

Desperté después de veinticuatro años, en una ciudad lejos de donde nací y rodeado de gente extraña, cuando el milenio ya era mayor de edad y me permitía expresarme por mi mismo. No es que nadie me tapase la boca o que hablase por mi, sino que primero pensaba que pensarían ellos si decía lo que pensaba para rectificar mis pensamientos y acomodarlos a lo que querían oír. Me siento orgulloso de no intentar gustarle a todo el mundo y tal vez ahora haya gente que me odie con razón, pero mi cabeza empieza a amueblarse. Amueblarse con pensamientos propios y claro está, con errores, pero ahora mismo todos esos errores son míos, no los cogí de nadie ni nadie me los indujo. En un vuelo de menos de una hora pude escribir aquello que durante casi veinticuatro años no pude aceptar. Tal vez es porqué crecí o porqué me quité la venda o simplemente porqué empecé a amarme a mi mismo, todavía no lo sé. Solamente sé que aprendí que solo no hubiese conseguido nada, y gran parte de este avance se lo debo a ella. Ella se convirtió en mi pepito grillo personal, solo bastó un golpe de cadera para des estructurar todas mis creencias, mi forma de vida e incluso mis principios. Tal vez ahora sea mucho más egoísta, pero al levantarme todas las mañanas a su lado tengo la cabeza vacía, sin necesidad de aparentar algo que no soy, ni impresionar a aquellos que ni siquiera saben como me llamo.  


Llevo tiempo sin escribir, podría decir que era porqué estaba ocupado, tenía mejores cosas que hacer o no estaba inspirado, pero creo que necesitaba este tiempo para aclarar mis ideas y retomar mi escritura. Escritura más real y con menos florituras, ya que la vida es como es y por mucho azúcar que le echemos, la verdad es que el café sigue siendo amargo.