Seis, seis, seis, son seis años, hace seis meses y han renacido seis personas: O. X. A. , N. M. C.
Nunca pensé que yo sería así, que dentro de mí habitaba un niño dormido y que solo yo podía despertarlo. Siento mucho no haber podido ser yo al cien por cien contigo, para que pudieses disfrutar de mí como yo disfruté de ti, de tus sonrisas, de tus risas alocadas, de tu mirada cómplice, de tus besos, de tu música, de tu gastronomía e incluso de tus llantos. Yo te lo escondí. Yo no era aquel niño asustadizo en una gran ciudad que todo le provocaba ansiedad y que caminaba con pies de plomo. He aprendido que yo vuelo muy bien, que no necesito mapas ni guías, que no tengo horizonte, pero ahí está el quid de la cuestión.
No me arrepiento de nada, estos seis años, ya pasados, fueron los mejores de mi vida y disfruté como un niño pequeño de tu liderazgo, de tu valentía, de tu cariño y de tu comunicación. Pero ahora necesitamos echarnos a volar, basta ya de estar con los pies sobre el suelo, miremos más allá y también más hacia dentro de nosotros y cerremos los ojos para saber que nadie nos quita lo bailado. Vamos a estar siempre ahí y vamos a ayudarnos con todo. Llevamos seis meses separados, pero no ha pasado un día en el que no intercambiemos un "holi", hemos sufrido, pero hemos crecido y estamos por buen camino. La vida nos lo va a remarcar muy bien.
Crece mucho y disfruta de la vida, eres lo mejor que me ha podido dar el mundo y sé que volarás alto.
¡Te amo bebé! ¡No dejes nunca de soñar!
Nunca te duermas en el suelo sola
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