Sesenta y Cinco Centímetros
- Por la noche, cuando la luna impera en el cielo con sus cuatro fases, cuando algunos animales despiertan para cazar y otros duermen, cuando las plantas empiezan a respirar el oxigeno y expulsar el dioxido de carbono, cuando los gatos están más vivos que nunca, cuando los depredadores más feroces de la tierra salen a cazar gente de cualquier sexo, cuando las calles están vacias y las casas llenas, cuando la luz es necesaria pero poca gente la usa... Justo en ese lapso de tiempo, nosotros nos estamos peleando por sesenta y cinco centrímetos de muelles. Con los ojos cerrados, oscuridad y una fina tela por encima. Hay patadas, aplastamientos, empujones, manotazos en la cara, saliva y sudor... Pero la gran parte del tiempo estamos abrazados, apretando nuestro pecho contra la espalda del otro, compartiendo los sesenta y cinco centímetros del otro y sin ningún tipo de resquemor. Nos usamos de colcha, aunque sea verano, espero nunca tener los ciento treinta centímetros para mi solo o inundaré mi habitación...
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