….nunca respeté las
opiniones de los que me rodeaban. En ese entonces, creía que cualquier palabra
que me fuese mal sonante me daba el derecho a recriminárselo, incluso intentaba
humillarlo con arduas palabras. Hoy, sólo en este banco, pasando libretas a
señoras que siempre me recuerdan como mi abuelo las cortejaba en su juventud,
me siento mal por todos aquellos a los que menosprecié, ya que ellos tan solo
me mostraron su opinión y yo los aplasté con una falsa opinión, para sentirme
superior…
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Microrrelat per al II certamen de microrrelats "Valors Humans" de Letras como Espada
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