dijous, 14 d’abril del 2016

Isabel

Empecé a caminar detrás de ti cuando tan solo sabía decir “Mamá” y crecí oyendo tus sabios consejos. Tu fuerte pelo liso y tu piel grasa calaron en mi adolescencia, aportándome buenas y malas noticias. Aunque también me regalaste tu bondad, y nadie ha sufrido aún mi enfado. Te olvidaste de obsequiarme con tus preciosos ojos azules, pero te perdono, ya que no le haría honra a tan bellos iris. Tal vez el haber heredado tu facilidad para dormir, me haya causado más de un problema, pero ahora soy un gran amigo de todas las camas. En cuanto a disciplina, no me aleccionaste para seguir un código de vida, y de eso estoy orgulloso. Pero tal vez sí que me inculcaste el saber cuándo callar, que de más de una me ha salvado, la verdad. Me fascinó tu tranquilidad y la heredé por encima de todas tus cualidades, incluso abriéndome más puertas de las que nunca podré cerrar. Sé que dentro de ti vive el instinto de viajar, al igual que en mí, por eso viajaré hasta que mis días se agoten. Una vez leí una cita, de cuyo autor no me quiero acordar, “seguí tus pasos y ellos me alejaron de ti”. Ahora la hago mía para decirte que ya me puedes dejar volar, ya que tanto tu sabiduría como tu experiencia ya forman parte de mí.

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Microrrelat per al concurs "Seguí tus pasos y ellos me alejaron de ti" de Talentocomunicaciones i dedicat a ma mare, Isabel.


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