Aprendí a ser un turista en mi propia vida, no de esos que van a ver los mejores museos o las calles más bonitas, sinó de los que aprenden de la experiencia y conocen gente perfecta, ese es el adjetivo, perfecta. La verdad es que sólo sería imposible conseguirlo por eso busque y busque, hasta encontrar a esa persona que odiándome todos los días saca un momento para apreciarme. Con ella cada día aprendo a conocerme y ella se me muestra desnuda, sin ningún tipo de complejo o reparo, mostrando que soy yo el que sabe cada momento de su presente vida. Por eso soy un turista, un turista en mi vida, con mi guía roja y su manía adorable de mostrarme los detalles más minusculos de su vida, desglosando ante mi la belleza de sus pensamientos y pidiendo a gritos ser escuchada, tal vez no para que la comprenda pero si para mostrar sus respetos hacía mi.
"Hoy,
mañana
y siempre
será sublime
y lo sabes."
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