Llega el invierno y después de una jornada demasiado larga, te sientas en la
mesa de la sala sin ganas de salir de casa. Llamas a ese amigo que sabes que te puede acompañar cualquier noche y empiezas a preparar el terreno. Enciendes los altavoces y a ritmo de Ray Charles mueves tu cuerpo para coger las dos copas que tienes reservadas para los días especiales. Con los ojos cerrados das una vuelta y un pequeño grito para ir a la alacena a coger tu ansiado Vino D.O., aquel que nunca tefalla. Lo descorchas como si te fuese la vida en ello y ya des de su origen puedes percibir comosube su aroma, hasta ponerte los ojos en blanco. Te sirves una copa mientras esperas y percibescomo la calidad rebosa por todo él, lamiendo tus labios para no desaprovechar nada.
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Microrelat per al 1r concurs de microrelats "Movimiento Vino D.O."
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